¿Cuánto vale un ser humano?

¿Cuánto vale un ser humano?

Hay días en los que uno se despierta tarde y se siente… raro. No necesariamente triste, pero sí desconectado. Y no lo digo porque haya tenido una mala noche o una mala semana, sino porque a veces simplemente el cuerpo y la cabeza no se alinean. Hoy fue uno de esos días. Y quiero compartirte esto, no porque tenga todas las respuestas, sino porque al escribirlo, siento que me entiendo un poco mejor, y quizá tú también te veas reflejado en estas palabras.

Ayer, después de acostarme tarde con dolor de cabeza y un desgano inexplicable, me senté a releer las páginas de mi diario que llevo escribiendo como por 3 meses. Decidí enviárselas completas a ChatGPT, que pues lo usé como terapeuta gratuito porque, seamos sinceros, una consulta psicológica de 500 mil pesos la hora está fuera de mi presupuesto.

Y me dijo algo que me retumbó en la cabeza: “Tu percepción de valor personal está ligada a tus logros”. Y aunque al principio quise rebatirlo, y me puse un poco a la defensiva con el computador, lo cierto es que sí. Es verdad. Yo me siento valioso si cumplo mis metas. Si avanzo. Si estoy construyendo. Si no, siento que no valgo nada y que no soy suficiente. 

Y aquí es donde se pone interesante. Porque me puse a pensar: ¿entonces el valor humano es algo que se gana? ¿No es suficiente con ser buena persona, con tener buenos deseos, con estar vivo? Claro, suena bonito decir que uno vale solo por ser uno mismo. Y lo entiendo, hasta lo comparto en parte. Pero cuando no estoy haciendo nada, cuando no estoy avanzando hacia esas metas que para mí son esenciales —como tener una familia bonita, una relación sana, un proyecto empresarial sólido— siento que algo en mí como que no está bien, como que podría estar haciendo algo más.

Es raro, porque si no hago nada por varios días seguidos, me siento mal. Me siento una mierda, sin rodeos. Y aunque sé que eso suena duro, también sé que no soy el único que se siente así. En mi caso, creo que esto viene de ver a mi papá transformarse. Él era un tipo con sueños grandes, que logró mucho a pesar de venir de la pobreza. Estudió, trabajó, tuvo una familia. Pero luego de separarse de mi mamá, algo en él se apagó. Se volvió una persona que solo sobrevive. Que ya no sueña, que no lucha. Y yo... no quiero eso para mí.

Tal vez por eso me exijo tanto. Porque tengo miedo de parecerme a esa versión apagada de él. Porque asocio no hacer nada con perderse, con apagarse, con dejar de vivir en serio. Y sé que eso no es del todo justo. Ni para él, ni para mí. Pero también sé que esa sensación me empuja a seguir, a no quedarme quieto, a no rendirme.

Y acaso esa no es la función de los papás ? motivarte a ser mejor cada día ?

Así que no sé si el valor es algo que uno tiene por default o algo que se construye. Lo que sí sé es que, para mí, avanzar es vivir. Y que tal vez ese sea mi camino, esto puede que cambie con el tiempo y quizá no será mi único camino, pero a mis 28 años de edad es lo que me hace sentir completo. Daniel Serrato

Regresar al blog

EL RELOJ DE LOS GANADORES

LÍNEA LEGADO | SERRAT RELOJES

Hay momentos que definieron tu historia, y cada segundo que uses tu...